Valores humanos de José Francisco de San Martín

No es fácil hablar de José de San Martín sin cometer omisión, porque tuvo una vida rica en acciones. Además, me surge una duda: ¿cómo hablar de sus hechos pasados sin que parezca una lección de historia? Por eso, voy a compartirles algunas anécdotas de diferentes momentos, para que las lean todas o las que les interese, y que a través de ellas  puedan conocerlo. 

Este ser humano excepcional, tuvo facetas que lo distinguieron en sus 72 años de vida (1778-1850). Fueron innumerables las personas que lo conocieron y que revelaron su noble condición humana. Su brillante campaña militar, culminaría con la libertad de los actuales países de Argentina, Chile y de Perú. Su renunciamiento a todo beneficio material y a cualquier cargo público, lo muestra digno, porque su verdadera recompensa, era la satisfacción del deber cumplido. Como idealista que era, no le importaba el riesgo, sino la meta.

Aquí les dejo algunas historias de la vida de José de San Martín. Me encantan las causas nobles, que fue su manera de vivir. Espero que disfruten su lectura, como lo hago yo.  Con mucho cariño, Patricia Juhász.



#anécdota sobre las pinturas de José de San Martín


De todas las pinturas de José de San Martín, ésta es la única donde, con 39 años, posa para ella en Mendoza. Viste el uniforme de granadero con el que ejerció el mando como General en Jefe del Ejército de los Andes, tiene el sable corvo debajo del brazo, la banda de General y sobre la mesa se encuentra su célebre sombrero falucho. Retratado por José Gil de Castro, quien se convirtió en el pintor de los libertadores porque retrató a Simón Bolívar, Antonio José de Sucre y Bernardo O’Higgins, entre otros. (Se conserva en el Museo Histórico Nacional)



#¿cómo era físicamente nuestro Libertador? 

Para averiguarlo podemos recurrir a las coincidencias en las descripciones de contemporáneos que lo conocieron bien, como por ejemplo el oficial del Ejército de los Andes José Espejo, Juan Bautista Alberdi, Domingo Faustino Sarmiento y Félix Frías:
- Estatura: Más que regular (1,80)
- Color de piel: Moreno, morocho, oscuro.
- Nariz: Aguileña y curva
- Ojos: Negros y grandes con pestañas largas, muy vivaces y expresivos.
- Cuerpo: Proporcional a su estatura, erguido, más bien delgado.
- Orejas: Medianas, redondas y asentadas a la cabeza.
- Cejas: Arqueadas, bien pobladas y pronunciadas.
- Pelo: Negro y lacio.
- Boca: Pequeña, labios rojos.
- Dentadura: Sana, blanca y pareja.
- Voz: Entonada, con timbre claro y varonil.
- Vestimenta: Elegante y sencilla.
- Tonada: En los primeros tiempos de estancia en nuestro país conservaba cierta tonada andaluza. Alberdi, que lo conoció ya anciano en París, dice: «no obstante su larga residencia en España, su acento es el mismo de nuestros hombres de América, coetáneos suyos».
- Pasatiempos: Resolver problemas matemáticos. Jugar al ajedrez. Realizar trabajos de carpintería, ebanistería y jardinería. Pintar cuadros, particularmente marinas. Decía, sin jactancia, que de no haber seguido la carrera de las armas se podría haber dedicado a la pintura.
- Aficiones: La lectura en español, francés e inglés.
- Habilidades: Muy buen bailarín de salón, excelente intérprete de guitarra. Eximio jinete y brillante tirador. Preparaba su propia medicación homeopática.
- Religión: Católico no fanático, devoto de la Virgen de las Mercedes.
- Enfermedades: Asma, síntomas reumáticos u osteoarticulares, gota.



#anécdota sobre su origen

Casa natal en Yapeyú, Corrientes.

José Francisco de San Martín nació en Yapeyú, el 25 de febrero de 1778. Esta localidad había pertenecido a las misiones jesuíticas y su nombre guaraní (Yapeyú= significa el fruto maduro), da cuenta de las poblaciones aborígenes que habitaron la zona. Luego, forma parte del Virreinato del Río de la Plata, y hoy está incorporada a la provincia argentina de Corrientes.

Su padre, Juan de San Martín, era español, gobernador de Yapeyú y había servido al ejército de su patria hasta alcanzar el grado de teniente. Se casó con Gregoria Matorras, también española, y prima del gobernador de Tucumán. José fue el menor de cinco hermanos (una mujer y cuatro varones). Todos los varones se dedicaron a la carrera militar. Ninguno de ellos luchó en contra de las tierras americanas.

Los primeros años de vida de José con su familia, en tierra americana, transcurren en Yapeyú (1778-1781) y Buenos Aires (1781-1783). No lograron adaptarse en estas tierras, por eso en 1784,  la familia se instaló en España. El padre es nombrado al Estado Mayor del Regimiento de Málaga. 

Mucha polémica provocó lo que se ha llamado «el origen» de José de San Martín. Quienes lo conocieron y describieron su fisonomía resaltaban, junto con su estatura relativamente elevada para los españoles de la época, lo negro de su cabello y el color oscuro de sus ojos y de su piel. 

Una antigua tradición oral, aún persistente en la Mesopotamia, lo considera hijo de una joven guaraní llamada Rosa Guarú. En otras versiones, es mencionada como su nodriza o ama de leche, pero nadie niega su probada existencia.  En los últimos tiempos, esa tradición se combinó con otra versión, según la cual su padre habría sido el capitán Diego de Alvear y Ponce de León, quien habría encargado la crianza del niño a Rosa y al matrimonio San Martín. Don Diego era, en este caso, sin ninguna duda, padre de quien sería compañero y luego, feroz enemigo de San Martín, Carlos de Alvear.

La hipótesis sobre el origen mestizo es sólo eso, una hipótesis, que no cuenta con pruebas concretas y necesarias para avalarla. 



#anécdota sobre su formación militar

"José de San Martín, cadete del Regimiento de Murcia",
 óleo de Hocine Ziani - Argel, 1991, en el  Instituto Nacional Sanmartiniano 

Con 11 años de edad, José de San Martín inició su formación militar en el Regimiento de Murcia. A los 13 años, intervino por primera vez en el ejército español. Desde entonces, combatió con entrega y lealtad, contra todos  los enemigos  de España: los moros en África, los portugueses y los franceses (el ejército de Napoleón Bonaparte) en España y los ingleses en el Mar Mediterráneo. Por mar, por tierra, por desierto, a pie, a caballo, en campo abierto y dentro de murallas, en el llano y en las montañas. Conocía las estrategias de los grandes generales, el modo de combatir de todas las naciones de Europa hasta esa época, las tácticas de las armas, la fuerza de las guerras nacionales y los elementos que podía disponer España en caso de una insurrección de sus colonias. Durante 22 años, San Martín se formó en la conciencia del deber y de responsabilidad. En su foja de servicios, se observan rápidos ascensos durante su carrera militar, el no uso de licencia para ausentarse a su trabajo. Uno de sus jefes lo describe con las siguientes palabras: "Valor, Aplicación, Capacidad y Conducta"..."Es un sujeto que puede ser útil en cualquier destino". El discípulo era un maestro en estado de dar lecciones.

En este período de formación profesional, muestra su conciencia del deber y su vocación militar. Iniciado en 1789 y finalizado en 1811, en Cádiz, España, cuando descubre su misión liberadora de su tierra americana que lo vio nacer.



#anécdota sobre su decisión de apoyar la libertad americana

Toda su misión en la causa americana abarca desde 1811, cuando siente el llamado vocacional en Cádiz, España, hasta 1822, con su renuncia en Guayaquil. Esta etapa es guiada por la ética del servicio: servir a la libertad de América. Se inicia con la decisión de San Martín de elegir entre: seguir siendo fiel a la tradición española o luchar por el ideal de libertad, cuyos antecedentes son la Independencia de los Estados Unidos (1776) y la Revolución Francesa (1789). La situación de España que había perdido el trono del rey Fernando VII en manos de Napoleón y las ideas liberales de la época, motivaron el proceder de José de San Martín.

Cádiz (España) era una localidad donde las nuevas ideas se difundían por Europa, a través de asociaciones secretas. Allí, conoció a criollos americanos unidos por el mismo ideal. Similares grupos se formaron en Londres, Filadelfia, Nueva York, Caracas, Buenos Aires, encaminados con los mismos propósitos de libertad. Así es como, invitado a participar de la Logia en Cádiz, San Martín decidió participar hacia la defensa de los ideales de libertad de los pueblos oprimidos y colonizados, y de los derechos humanos sostenidos por el liberalismo. En septiembre de 1811, se trasladó a Londres donde participó en la Logia de esa ciudad, en las "Reuniones Americanas". Desde entonces, sus propósitos se dirigieron, principalmente, a emancipar el Rio de la Plata y América del Sur. Llegó a Buenos Aires, en marzo de 1812, con algunos de sus compañeros de la Logia de Cádiz.



#anécdota acerca de lo que encuentra San Martín al llegar a Buenos Aires



La situación del Río de la Plata, cuando José de San Martín llega, se caracteriza por: una clase dividida entre los leales a la corona española y los que querían ser independientes, sin fuerza para orientar su destino y declarar la independencia; con una falta de preparación técnica militar, ya que los ejércitos que se formaron para enfrentar las invasiones inglesas carecían de formación en técnicas y estrategias militares; una sociedad burguesa formada en Europa con los ideales liberales; a los gobiernos que se fueron sucediendo desde 1810 les faltaron definiciones claras y contundentes; en la Banda Oriental la insurrección de los realistas continuaba; la Independencia de América peligraba en el norte de las Provincias Unidas del Río de la Plata porque los ejércitos estaban derrotados y sin fuerzas para continuar su lucha; las armas americanas fracasaron desde Caracas hasta Buenos Aires. En síntesis, el poder español triunfaba en América del Sur. Este contexto hizo imprescindible una seria labor formadora y es por ahí donde José de San Martín orientó su trabajo.


#anécdota acerca de su labor educativa

Para lograr su objetivo de liberar a América, San Martín debe llevar adelante una esforzada y delicada labor educativa. Lo primero, era formar un grupo de hombres comprometidos profundamente con el ideal de independencia y libertad, a través de la creación de la Logia. Así fue que crearon la Logia Lautaro. (Llamada así en honor a Lautaro, un cacique mapuche muerto en combate, en 1557, contra los españoles). 

Grabado de Lautaro en una versión ilustrada de "La Araucana" (1852).
 Lautaro (en mapuche "Leftraru" 1534-1557)


La segunda tarea fue educar a los soldados en:  la disciplina, la conciencia del deber y la lucha por un ideal trascendente. Los medios para llevar adelante este objetivo fue con la creación del Regimiento de Granaderos a Caballo (en Buenos Aires) y el Ejército de los Andes (en Mendoza). El valor de crear estos dos grupos fue el de modelar el espíritu criollo en ideales y actitudes que trascendieran los intereses personales, sectoriales y encaucen la acción por el camino de la libertad.


#anécdota sobre El Regimiento de Granaderos a Caballo



Más allá de la desconfianza manifestada en las primeras entrevistas, el Triunvirato no estaba en situación de desaprovechar a oficiales formados en las guerras europeas. A San Martín se le reconoció el grado de teniente coronel y se le aceptó la propuesta de formar un escuadrón de granaderos a caballo.

La base de ese primer escuadrón fue una docena de hombres. San Martín debía organizar la unidad «bajo los principios y maniobras de la nueva táctica francesa de caballería».
La Gaceta Ministerial del 3 de abril de 1812 nos cuenta que a San Martín se le asignó «un sueldo mensual de ciento cincuenta pesos, de los cuales cedió una tercera parte para la ayuda de los gastos del regimiento. 
El cuartel, a pedido de San Martín se trasladó al Retiro (sobre la actual Plaza San Martín porteña), en el edificio que había ocupado la plaza de toros de Buenos Aires. Allí tenía espacio suficiente como para alojar y entrenar a sus hombres en las tácticas de combate.
El propio San Martín se encargó de diseñar el uniforme, pero más importante, era seleccionar a los oficiales y cadetes. Muchos jóvenes de las familias acomodadas porteñas buscaban ingresar a los Granaderos, que desde su misma creación se presentaba como un «cuerpo de elite». 

Para la formación de sus hombres, San Martín redactó dos textos: lo que puede considerarse el primer manual de instrucción militar escrito en el Río de la Plata, adaptando lo aprendido en Europa, y el Reglamento, o «Código de Honor», que establecía los «delitos por los que deben ser expulsados los oficiales del regimiento». Algunos de esos delitos eran por: cobardía en acción de guerra,  no defenderse ante un insulto, no defender el honor de los granaderos, realizar trampas, hablar mal de un compañero, socializar disposiciones secretas de los granaderos, no socorrer en acción de guerra a un compañero que se halle en peligro, no pegarle a una mujer ni aún cuando ésta le hubiera humillado y hacer uso no moderado de la bebida, entre otras medidas.

Para velar por el cumplimiento de este código, el Reglamento establecía un curioso mecanismo disciplinario: una "reunión mensual reservada" de oficiales y cadetes, donde cualquiera podía hacer una denuncia anónima (escrita en una esquela), que era sometida a una comisión investigadora de tres oficiales, quienes tras averiguar, debían citar a «junta extraordinaria» de la oficialidad, exponer el caso y, luego de debatirlo, la cuestión se sometía al voto secreto de todos, resolviéndose «a pluralidad de votos» (mayoría simple) «la suerte del oficial». En caso de empate, valía doble el voto del comandante del Regimiento.




#anécdota sobre el combate de San Lorenzo 

Un episodio poco conocido, es su situación anímica durante el combate de San Lorenzo. San Martín, que tenía en ese momento 34 años, estaba casado hacía muy poco tiempo con María de los Remedios de Escalada. El 1 de febrero de 1813, a escasos dos meses de su casamiento, recibió la orden de marchar, con su Regimiento de Granaderos a Caballo, hacia Santa Fe, para observar los movimientos de una fuerza española que había remontado el Río Paraná. Su joven esposa estaba ligeramente enferma y le pidió que no acudiera a Santa Fe.

Además, su padre ya había fallecido y su madre de 75 años, enferma muy gravemente en España, que no había podido asistir a la boda de su hijo, le mandó decir que quería verlo antes de morir.

Estaba también la voz de la Patria, que es a la que en definitiva, obedeció ciegamente. Ésa era la situación espiritual, en la que San Martín, llegó frente al Convento de San Lorenzo y libró la histórica primera batalla, en la que triunfó y fue ascendido a Coronel Mayor.





#anécdota sobre el Ejército del Norte

José de San Martín fue nombrado jefe del Ejército del Norte para reemplazar a Belgrano luego de las derrotas de Vilcapugio y Ayohuma. Cuando asume el mando, el ejército contaba con 600 hombres. Llega a aumentar el número a 2.000 con el reclutamiento de soldados de las provincias vecinas. Les debe transmitir conciencia civil y capacidad militar. Aplica un sistema de aprendizaje y disciplina, similar al de sus Granaderos, con el modelo de caballería, aplicando las doctrinas europeas de avanzada en la infantería. Funda una Escuela de Matemática destinada a preparar ingenieros. Uno de sus principios es que no hay ejército si no hay matemática. Otro de sus principios, es que "el soldado se prepara en los cuarteles y no en las batallas".

En este contexto, San Martín analiza un cambio de planes. Al respecto, comenta: "La patria no hará camino por este lado del Norte que no sea una guerra permanente, defensiva y nada más. Para eso, bastan los valientes Gauchos de Salta con dos escuadrones buenos, de veteranos". El ataque efectivo debe realizarse a Lima por el Pacífico y para llevar adelante su plan debe buscar acercarse a la frontera con Chile.



#anécdota sobre su salud y su plan independentista

José de San Martín tenía un espíritu fuerte y voluntarioso pero no gozaba de buena salud. En España, padeció reumatismo (conjunto de enfermedades que se caracterizan por provocar inflamación, degeneración o alteraciones de los tejidos que forman los músculos y los tendones, produciendo dolor, rigidez y limitación de los movimientos)   y asma  (enfermedad en la que las vías respiratorias de una persona se inflaman y estrechan, que dificulta respirar). También, tuvo dispepsia crónica (trastorno de la digestión, que causa náuseas, mucho dolor de estómago y ardor) y gota (causa inflamación en las articulaciones, con episodios repetitivos de dolor e inflamación). Los disgustos y los insomnios afectaban su sistema nervioso. A principio de 1814, solicitó al gobierno de Buenos Aires que le otorguen el gobierno de Cuyo, con la excusa de su salud. Sin embargo, tenía en mente su plan secreto de cruzar Los Andes e ir a Lima por el Océano Pacífico.  Obtuvo su pedido  y dejó al oficial Rondeau, como jefe del Ejército del Norte.

¿Cuál es la actitud de San Martín frente a lo que no puede modificar de su salud? Es la de cumplir con su destino. Sobre esta situación escribe: "Me he consagrado ardientemente a la causa de la revolución. Ni mi salud enfermiza y débil, ni sacrificio alguno, es capaz de doblegarme". Así, con la fuerza de su voluntad se dispone a llevar a cabo su plan: preparar un ejército en Cuyo, cruzar la cordillera, liberar a Chile, ir por mar hasta llegar a Lima, poner fin al poder español. La realidad de entonces es dura: no tiene salud, ni mando, ni medios. Todo debe crearse y con todos sus esfuerzos no paró hasta alcanzarlo.


#anécdota sobre su vida en Cuyo



Como Gobernador Intendente de Cuyo, el 12 de septiembre de 1814, se radicó en Mendoza con su esposa. En esta ciudad, concreta los valores de creación, en la formación del Ejército de los Andes y en la administración política de Cuyo. El sentido de vida de San Martín es tan profundo y amplio, que desborda y contagia a todo un pueblo. Crea fuertes vínculos con la comunidad de las actuales provincias de Mendoza, San Juan y San Luis. 

Desde que tomó posesión del cargo, el nuevo gobernador intendente puso manos a la obra y comenzó a organizar los recursos de la provincia y los impuestos que recaudaba el estado para poder utilizar esos fondos en función de las necesidades del pueblo y de sus planes de liberación de América. Fue así, que en poco tiempo reactivó la actividad económica mendocina: amplió los canales de riego para extender las áreas cultivables; promovió la minería en busca de cobre y plomo; impulsó la industria del cuero, los tejidos y la herrería. Además, generó una reactivación en la industria artesanal de alimentos que abastecieron a la población de Mendoza y al Ejército de los Andes. Impulsó el comercio, especialmente el de vinos, aguardientes, fruta seca y harina.

Desde su llegada a la provincia, se dedicó a organizar el Ejército de los Andes. Reunió en un solo ejército a los refugiados chilenos (que habían logrado escapar desde la posesión española en Chile),  las milicias locales de Cuyo, gran cantidad de voluntarios de su provincia, y varios oficiales del Ejército del Norte. También, pidió y obtuvo que los batallones del Regimiento de Granaderos a Caballo, desperdigados entre varios destinos, le fueran enviados a Cuyo.

Para financiar su campaña, además de los cuantiosos aportes del gobierno de Buenos Aires, obligó a pagar «contribuciones obligatorias» a todos los comerciantes y hacendados. A cambio, se les extendía un vale, para cobrarlo «cuando las circunstancias lo permitan».

En cambio, tuvo muy pocos miramientos para confiscar los bienes de todos los españoles que no se destacaran en la ayuda a la causa de la Independencia. Con esto, formó un gran campamento militar en El Plumerillo, al noroeste de la ciudad de Mendoza, donde actualmente se encuentra el aeropuerto de la ciudad. Allí, formó a sus soldados y oficiales, fabricó armas (sables, fusiles, cañones, municiones y pólvora) y uniformes.

Finalmente, en enero de 1817, su ejército partió, a través de la cordillera de los Andes, desde Mendoza hacia Chile y de allí hacia Perú, dejando una huella de libertad e independencia para todos los americanos.


#anécdota cuando el pueblo cuyano defendió a José de San Martín

A principios de 1815, las Provincias Unidas del Sur atravesaban una crisis política y militar que se extendía por todo el territorio. Algunas provincias del litoral y la Banda Oriental comandada por Artigas, intentaban separarse. El rumor de una expedición realista que, desde España, se estaba preparando con dirección a Buenos Aires, con el objetivo de sofocar la sublevación de las colonias sudamericanas. En Cuyo, existía un gran malestar contra el gobierno de Buenos Aires, dirigido por el entonces Director Carlos María de Alvear porque decretó la salida del gobernador José de San Martín.

La noticia de la llegada del nuevo Gobernador Intendente de Cuyo, Coronel Gregorio Perdriel, causó un gran alboroto de toda la población y en especial del Cabildo mendocino. Inmediatamente, los vecinos más importantes de la ciudad se reunieron en sesión ordinaria y luego extraordinaria, para votar en favor del Libertador y desobedecer al Director Supremo Carlos María del Alvear. 



#anécdota sobre la urgencia de la Declaración de la Independencia

Los congresales comenzaron a reunirse en la Casa Histórica de Tucumán para declarar la Independencia desde marzo de 1816, pero no se ponían de acuerdo en eso, y finalmente, lo hicieron el 9 de julio de ese año.  José de San Martín tenía urgencia que eso ocurriera porque si llegaban los españoles antes, los iban a declarar insurgentes y se quedarían sin posibilidades de luchar por su soberanía.  Así lo expresa en la siguiente carta.

Carta de San Martín a  Tomás Godoy Cruz, diputado por Mendoza, al Congreso de Tucumán. Escrita en abril de 1816.
 
"¡Hasta cuándo esperamos declarar nuestra Independencia! No le parece a Usted una cosa bien ridícula, acuñar moneda, tener bandera y escudo nacional, y por último hacer la guerra al soberano de quién en el día se cree dependemos. ¿Qué nos falta más que decirlo? Los enemigos (y con mucha razón) nos tratan de insurgentes, pues nos declaramos vasallos. Esté usted seguro que nadie nos auxiliará en tal situación, y por otra, el sistema ganaría un cincuenta por ciento con tal paso, ánimo, que para los hombres de coraje, se han hecho las empresas. Vamos a decirlo claro, mi amigo: si no se hace, el Congreso es nulo en todas sus partes porque reasumiendo éste, la soberanía es una usurpación que se hace al que se cree verdadero, es decir, a Fernandito (por el rey Fernado VII de España)".

Tomás Godoy Cruz, confidente y portavoz de las ideas del Libertador en aquella asamblea, fue un factor decisivo para llevar adelante la Declaración de la Independencia. Esta carta manifiesta el proceder ético y jurídico de los que contribuyeron a proclamar y afirmar nuestra soberanía. Plantean desde el inicio, la subordinación a la ley (la Declaración de la Independencia) para asumir la tarea de liberar a América.




#anécdota sobre las virtudes cívicas del pueblo de Cuyo 

Fragmento de la carta de San Martín al Director Supremo de las Provincias Unidas del Río de la Plata, Mendoza, 21 de octubre de 1816.

"Admiro en efecto que un país de mediana población, sin erario público, sin comercio, ni grandes capitalistas, falto de maderas, pieles, lanas, ganados en mucha parte y de otras infinitas primeras materias y artículos bien importantes, haya podido elevar de su mismo seno, un ejército de tres mil hombres, despojándose hasta de sus esclavos, únicos brazos para su agricultura, ocurrir a sus pagas y subsistencia, y a más de mil emigrados de Chile; fomentar los establecimientos de maestranza, laboratorios de salitre y pólvora, armerías, parque y sala de armas, batán, cuarteles, campamento, erogar más de tres mil caballos, siete mil mulas, innumerables cabezas de ganado vacuno. En fin, dar cuantos auxilios son imaginables... Las fortunas de los particulares casi son del público. La mayor parte del vecindario, sólo piensa en prodigar sus bienes a la común conservación. (...) La América es libre ... sus feroces rivales temblarán deslumbrados, al destello de virtudes sólidas".


#anécdota sobre el depósito de pólvora

Previo al cruce de la Cordillera de los Andes y la posterior liberación de Chile y de Perú, estando su ejército acampado todavía en Mendoza, San Martín ordenó a un soldado que custodiaba el depósito de pólvora, que no permitiese a ningún militar que usase espuelas, penetrar en ese recinto. Porque al rozarse, éstas podrían encender una chispa y provocar una explosión.

Al día siguiente, San Martín, que precisamente calzaba espuelas, pasó por el citado polvorín. Quiso inspeccionarlo. Encontró al mismo soldado, que no había olvidado su orden de no permitir a nadie el acceso.

-“No puede pasar con espuelas, mi General”, le dijo el centinela.

-“Tengo urgencia, soldado. Apártese, por favor”.

-“Discúlpeme mi general, pero tengo una orden y la debo cumplir”.

San Martín se retiró simulando ofuscación. Horas después, mandó llamar al subordinado, que acudió atemorizado por la posible sanción.

-“Lo felicito, soldado. Por su sentido de la obediencia y por haberme dado una verdadera lección. Queda ascendido a Cabo”.


#anécdota sobre los vicios

El día de la triunfal Batalla de Chacabuco de febrero de 1817, un joven y brillante oficial de José de San Martín, no se pudo levantar por una embriaguez total. Al día siguiente de la batalla, San Martín, llamó al oficial a su despacho y le dijo, -“Usted no participó en la batalla de ayer por estar embriagado, mi deber es expulsarlo del ejército. Pero antes quiero oírlo. –“Si, es cierto general, la bebida me maneja, incluso por eso, mi mujer –a la que amo- me abandonó con mis 3 hijos. Y San Martín le respondió :“- ¿Le parece que el alcohol es más importante que su mujer, sus hijos y su patria­­? Además, se equivocó buscando el paraíso en el infierno. Pero si me promete no beber jamás un agota de alcohol, soy capaz –alterando la ley- de olvidar el hecho.

Poco más de un año después, en abril de 1818, el oficial participó en la batalla de Maipú que posibilitó la libertad de Chile. Allí demostró su valentía, su talento militar y su espíritu visionario. Esta  anécdota muestra a un San Martín de alto espíritu y más filósofo que militar.  Trae a mi mente el aforismo: "Los vicios son enfermedades de la voluntad".


#anécdota sobre su negativa a intervenir en las luchas civiles

El gobierno de Buenos Aires, le pidió en repetidas oportunidades a San Martín, que participe en la lucha interna entre Unitarios y Federales. Por esta causa, nunca aceptó intervenir con su ejército en las luchas civiles contra los caudillos, respondiendo de este modo a dos de los Directores Supremos de las Provincias Unidas del Río de la Plata  (Juan Martín de Pueyrredón y José Rondeau): "El general San Martín no derramará la sangre de sus compatriotas. Sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sud América. Sea cual fuese mi suerte en Perú, probaré que desde que volví a mi patria, su independencia ha sido el único pensamiento que me ha ocupado".

Por esta misma razón, se aparta de los intereses sectoriales y las divisiones políticas. Su actitud de desapego por el poder, ennoblece su misión y libera a su alma de especulaciones personales. 


#anécdota sobre la muerte de su esposa

María de los Remedios Escalada de San Martín

José de San Martín, había dejado de ser hombre público en 1823 y se encontraba en Mendoza. Era perseguido por el gobierno de Rivadavia, debido a su negación de participar en el enfrentamiento de Unitarios y Federales. Remedios se encontraba muy enferma, al cuidado de sus padres en Buenos Aires y con su hija Mercedes. José fue informado de que sería detenido durante el camino. Por este motivo, no pudo reencontrarse con su moribunda esposa, y tuvo que suspender el viaje.

Ante el mal estado de salud de Remedios, José se encontraba muy angustiado, así lo atestigua en la carta que le escribió a Nicolás Rodríguez Peña y las que recibió de Tomás Guido, y Blanco Encalada, que presagiaban el triste final.

El 3 Agosto de 1823, falleció en Buenos Aires a los 25 años, María de los Remedios Escalada de San Martín, enferma de tuberculosis.

El 20 de noviembre de 1823, tres meses después del fallecimiento de Remedios, San Martín partió de Mendoza rumbo a Buenos Aires, haciendo el trayecto en catorce días de marcha. Inmediatamente, se dispuso a honrar la memoria de su difunta esposa. Para eso, en una lápida hizo grabar lo siguiente: “Aquí yace Remedios de Escalada, esposa y amiga del General San Martín”. Con este motivo, no fue detenido.


Esta es la tumba de Remedios Escalada de San Martín, en el Cementerio de la Recoleta.

Empezaba para José, el largo camino de su exilio voluntario, lo hizo en compañía de su amada hija Mercedes.



#anécdota sobre las Máximas a su hija Mercedes

En 1825, en la ciudad de Bruselas, José de San Martín escribió una lista de consejos destinados a la educación de su hija. El manuscrito original se conserva en el Museo Mitre.

A los pocos meses de nacer Mercedes Tomasa San Martín y Escalada, en 1816, el Libertador emprendió su travesía hacia Chile y Perú. Sin embargo, mantuvo el contacto con su hija a través de cartas que se escribían con su esposa María de los Remedios de Escalada. El reencuentro sucedió en 1823, luego de la muerte de Remedios. Desde entonces, el General abandonó su carrera y emprendió, junto con Merceditas, su exilio a Europa. “Cada día me felicito más y más de mi determinación de haberla conducido a Europa y arrancado del lado de Doña Tomasa (su abuela materna). Esta amable señora, con el excesivo cariño que le tenía, me la había malcriado", escribía San Martín a su amigo Tomás Guido.
También tuvo palabras de agradecimiento en su testamento, dedicadas a su hija. Esto decía: “El constante cariño y esmero que siempre me ha manifestado, han recompensado con usura todos mis desvelos, haciendo mi vejez feliz. Yo le ruego, continuar con el mismo cuidado en la educación de sus hijas (a las que abrazo con todo mi corazón), si es que a su vez quiere tener la misma feliz suerte que yo he tenido”.


#anécdota sobre el sable corvo de José de San Martín




Se exhibe en el Museo Histórico Nacional y fue el arma que acompañó al Libertador de América en todas las batallas por la independencia. Lo compró en Londres en 1811, en un puesto de artículos usados, por 8 libras esterlinas. Se destaca por su sencillez, no posee piezas de oro, arabescos ni otros materiales costosos, populares para la época. Se trata de una hoja de metal curvada. Derivado de la cimitarra persa, es un sable liviano, muy efectivo en una carga al galope.

Por pedido de él, tras su muerte, fue legado a Juan Manuel de Rosas:
“El sable que me ha acompañado en toda la Guerra de Independencia de la América del Sud, le será entregado al General la República Argentina Don Juan Manuel de Rosas, como una prueba de la satisfacción, que como Argentino he tenido al ver la firmeza que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los Extranjeros que tratan de humillarla”.

En 1896, Adolfo Carranza, el primer director del Museo Histórico Nacional, realizó las gestiones con los herederos de Rosas, quienes se encontraban en Inglaterra para que el sable fuera donado al pueblo argentino. Con éxito, el corvo estuvo exhibido durante casi siete décadas en el Museo. Pero las peripecias del sable no se detuvieron. En tiempos de la proscripción del Peronismo, el sable fue robado en dos oportunidades por integrantes peronistas, y fue recuperado en ambas ocasiones. Durante la dictadura de Juan Carlos Onganía, la custodia del arma fue otorgada al Regimiento de Granaderos a Caballos General San Martín, y allí permaneció por 48 años hasta que en 2015 durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, con motivo de las celebraciones por un nuevo aniversario de la Revolución de Mayo, fue restituido al Museo Histórico Nacional.

Hoy se exhibe acompañado de los sables de los Generales Manuel Belgrano, Lucio N. Mansilla, José M. Zapiola, Gregorio de Las Heras, del coronel Manuel Dorrego, del Almirante Guillermo Brown, y del Brigadier General Juan Manuel de Rosas.


#anécdota sobre el daguerrotipo de José de San Martín



Daguerrotipo de José de San Martín,  en 1848.

Imagen tomada en París, a sus 70 años (dos años antes de su muerte). Se conserva en el Museo Histórico Nacional. En la misma sesión, se tomaron dos imágenes parecidas, pero una de ellas con una postura más erguida, por 5 francos.



#anécdota sobre su testamento

Desde Francia, en la ciudad de Boulogne sur Mer, San Martín redactó con su puño y letra cada uno de sus deseos: “En el último rincón de la tierra en que me halle, estaré pronto a sacrificar mi existencia por la libertad".



El tercer y último testamento tiene siete cláusulas y un artículo adicional, dedicadas al cuidado de su familia, herencia de sus bienes preciados y un manifiesto de sus conductas y últimas voluntades.

Su último deseo: “Prohíbo que se me haga ningún género de funeral, y desde el lugar en que falleciere, se me conducirá directamente al cementerio sin ningún acompañamiento, pero sí desearía, el que mi corazón fuese depositado en el de Buenos Aires”.

Un pedido adicional: “Es mi voluntad que el Estandarte que el bravo Español Don Francisco Pizarro tremoló en la Conquista del Perú sea devuelto a esa república (a pesar de ser una propiedad mía) siempre que sus gobiernos hayan realizado las recompensas y honores con que me honró su primer Congreso”.

José de San Martín murió el 17 de agosto de 1850. Cinco días después, el 22 de agosto de 1850, Adolphe Gérard, el último amigo de San Martín, publicó una extensa y notable necrológica en el número 121 del periódico L´Impartial de Boulogne Sur Mer. Entre otras cosas escribió “De acuerdo a sus deseos, sus restos mortales serán conducidos a América para reposar al lado de los de su esposa…”

La repatriación de los restos del General San Martín demandó una larga espera de treinta años, que finalmente tuvo lugar el 28 de mayo de 1880. Su deseo de descansar en el Cementerio de Buenos Aires, cerca de su “esposa y amiga” se vio trastocado. Fue cambiado por la Catedral de Buenos Aires, su última morada. (Ver foto 👉)




#José de San Martín es el argentino con más monumentos en el mundo

Admirado en muchas naciones, en el pasado y en el presente, es estudiado en carreras militares. Existen monumentos que lo recuerdan en:
-Montreal, Canadá
-Nueva York, Estados Unidos
-Washington, Estados Unidos
-California, Estados Unidos
-Santiago de Chile, Chile
-Lima, Perú
-Guayaquil, Ecuador
-Bogotá Colombia
-Medellín, Colombia
-Río de Janeiro, Brasil
-Asunción del Paraguay, Paraguay
-Montevideo, Uruguay
-Guatemala
-Panamá
-México D.F., México
-San Salvador
-Madrid, España
-Barcelona, España
-Boulogne Sur Mer, Francia
-Berlín, Alemania
-Bruselas, Bélgica
-Viena, Austria
-Bucarest, Rumania
-Yerevan, Armenia
-Pekin, China
-Beijing, China

José de San Martín es el hombre más nombrado y más homenajeado de nuestro país y a la vez, uno de los menos conocidos en toda su dimensión. A lo largo y  a lo ancho de la República Argentina, en todos los pueblos, en todas las capitales provinciales, en las ciudades grandes y chicas, con monumentos, esculturas, bustos, placas recordatorias, pinturas. Mediante el uso de su imagen y de su nombre en: calles, avenidas, plazas, escuelas, clubes, teatros, centros culturales,  museos, edificios, localidades, estampillas, billetes... le rinden homenaje al hombre que lo dio todo por su compromiso con la libertad. Y en Mendoza, el 24 de agosto es considerado, por ley, el Día del Padre, por el nacimiento de Merceditas en el año 1816.

Monumento ecuestre a José de San Martín





Monumento al Ejército de los Andes


José de San Martín y Simón Bolivar, en Guayaquil.


José de San Martín
José de San Martín


San Martín con su hija Mercedes



San Martín anciano con sus nietas María Mercedes y Josefa






Si llegaron con la lectura hasta acá, pudieron conocer a José de San Martín. Debemos recordar por siempre, la importancia de su vida en los inicios de nuestra historia argentina. Conmemorar el 17 de agosto sólo por su fallecimiento, es no tener una visión global de su obra. Su patria era Sudamericana. Trabajó y logró la libertad de 3 naciones, que deseaba verlas unidas, junto al resto de los países de América del Sur. Ésta es la misión que nos legó y espera ser actualizada por nuestros pueblos.


Fuentes bibliográficas: 

-Valores humanos de José de San Martín. Su misión americana. Fabiana Mastrangelo. 5a ed. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Victorioso Ediciones, 2018

-La voz del gran jefe. Felipe Pigna. Ciudad Autónoma de Buenos Aires: Editorial Planeta, 2014.

-Memorial de la Bandera del Ejército de los Andes (2014)  https://www.mendoza.edu.ar/10-de-agosto-san-martin-es-nombrado-gobernador-intendente-de-cuyo/

- Museo Histórico Nacional
https://museohistoriconacional.cultura.gob.ar/

-Instituto Nacional Sanmartiniano
https://sanmartiniano.cultura.gob.ar/

- Museo Nacional Mitre
https://museomitre.cultura.gob.ar/

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